Me dirijo a ustedes simplemente para hablarles de nuestras ideas y pensamientos sobre la enseñanza que queremos dar a sus hijos y para compartir con ustedes lo que nuestros estudios y nuestra experiencia nos ha enseñado a nosotros.
Cuando empezamos aquí en Osuna en el año 1995, nuestro único objetivo, sin pensar en exámenes y títulos, era simplemente intentar hacer que los niños hablara algo de inglés, ya que habíamos visto tantos estudiantes de inglés que llevaba varios años de estudios pero que, al cerrar el libro de texto, no eran capaces de decir dos frases seguidas.
Para intentar conseguirlo, nuestras ‘armas’ más importantes son los siguientes:
Por supuesto, todo esto no quiere decir que no nos preocupamos por la gramática, sino que cambiamos las prioridades tradicionales. Es decir, en vez de ‘primero, la teoría y luego la práctica (normalmente mediante ejercicios escritos)’, nosotros decimos ‘primero, la comunicación y luego la precisión’ porque el primer modelo crea dudas e inseguridades del tipo ‘¿estará bien lo que voy a decir?’ y frena el desarrollo del aprendizaje, mientras el segundo no solo prima la utilización del idioma, sino que se parece más a como uno aprende su lengua materna.
Cualquiera que haya estudiado una lengua extranjera sabrá que esto es muy importante y, a la vez, muy difícil. De hecho, es una de las barreras más difíciles de superar cuando se empieza a estudiar de mayor.
Para que los niños tengan ese contacto fundamental con el inglés hablado, tan importante para ‘coger oído’ y familiarizarse con la entonación del inglés hablado por anglo-parlantes, entre otras cosas se trabaja mediante los contextos de historias sencillas y, más que nada, con el contexto de la clase – el mero hecho de estar en una clase que se desarrolla en inglés ayuda mucho a la hora de asimilar esa habilidad tan fundamental.
No se puede aprender nada en la vida sin hacer algún esfuerzo y el aprendizaje de un idioma extranjero tiene varias dificultades e inconvenientes:
es un proceso acumulativo que, a pesar de alguna u otra publicidad engañosa que se oye en los medios de comunicación, tarda mucho tiempo. No hay métodos milagrosos para aprender un idioma en poco tiempo, sino que se necesita tiempo, trabajo y mucha práctica. Si no se tiene estas tres cosas, el aprendizaje será lento.
Solo hay que hacer cuentas para darse cuenta de lo que estamos pidiendo a los alumnos. En un trimestre normal, hay una media de 20 a 25 horas que, si lo queremos comparar con una estancia en el país en cuestión (sin duda la manera más eficaz de aprender un idioma), llega a ser más o menos como un día de estancia. En un curso, habrá de 60 a 75 horas de clase, lo cual equivaldría 3 o 4 días de estancia. En definitiva, muy poco tiempo. Y si encima tomamos como ejemplo el hecho de que un niño de 6 años todavía no domina su lengua materna, se ve que estamos ante un reto importante.
Tomando como ejemplo otra vez un niño con su lengua materna, ustedes habréis visto como sus hijos, cuando eran chicos, entendían lo que les decían mucho antes de que fueron capaces de ‘producir’ ese mismo lenguaje ellos mismos. Lo mismo pasa con los niños que estudian una lengua extranjera. La habilidad de captar el sentido de lo que uno les diga (ver arriba) les llega mucho antes de que se desarrolle su capacidad de decir, o ‘producir’, por ellos mismos estas mismas frases. Así que no se extrañen ustedes cuando su hijo de 10 años no parece capaz de decir mucho en inglés. Si entiende lo que le dice el profesor, quédense satisfechos, ya que esto es la base desde dónde la ‘producción’ del idioma vendrá.
Hay que tener cuidado de no medir los conocimientos de su hijo por el número de palabras que sepa decir en inglés. Vocabulario de palabras sueltas es solo una pequeña parte del aprendizaje de un idioma y mucho más importante es el desarrollo de la capacidad, que menciono arriba, de entender un inglés natural en un contexto dado. Este último es más difícil de cuantificar y por lo tanto menos ‘visible’ para los padres que quieren ver los progresos de sus hijos, pero no por ello menos importante.
Para enfrentarnos a estas situaciones, una de las cosas más importantes que un alumno puede tener, aparte de trabajar mucho, es continuidad. No es una casualidad que nuestros mejores alumnos a lo largo de estos últimos años, los que han obtenido los títulos B1, B2, C1 hasta C2, han sido generalmente los que han venido durante varios cursos seguidos y los que han faltado muy poco durante todo ese tiempo.
Tomando como ejemplo estos niños y muchos más que han llegado a tener un buen nivel de inglés y con quien se puede mantener sin problemas una conversación en inglés, no quiero ser pesimista, sino realista y terminar diciendo que con tiempo, trabajo y continuidad, se puede llegar muy lejos con el inglés, como estamos viendo con nuestros propios ojos.
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